AMAR,SIEMPRE AMAR

HOLA SOY OLGA TOLEDO, ME ENCANTA EDITAR,ESTE BLOG ESTA DISEÑADO, PARA AYUDAR A QUIEN NECESITE, ALGUNA IMAGEN, UNA TARJETA O UNA REFLEXIÓN. LA VIDA ES BELLA Y VALE LA PENA VIVIRLA, A DISFRUTAR CADA DIA COMO SI FUERA EL ULTIMO, PORQUE DE ESO SE TRATA LA VIDA. CADA MOMENTO ES IRRECUPERABLE SOLO QUEDA EN NUESTRA MEMORIA, DISFRUTA DE LA BRISA, DEL SOL, DE UNA NOCHE ESTRELLADA, POR SOBRE TODAS LAS COSAS DE TU FAMILIA.

miércoles, 16 de abril de 2014

DICHOS DE UNA MAMA



Todo lo que una mamá dice en 24 horas Por Luciana Torres
Cuando me despierto ya sé qué es lo que voy a decir en los siguientes 30 minutos, y es muy similiar a lo que vengo diciendo todos los días. Por suerte no soy la única... Mi propuesta: por lo menos busquemos algun sinónimo


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Navegando en la web, me llamó la atención un video de Anita Renfroe, una comediante estadounidense que, en dos minutos y medio, logra condensar las palabras que les decimos a nuestros hijos a lo largo del día. Pasó por mi mente varias veces grabar las frases que digo todas las mañanas a mis hijos y Anita me hizo ver que no estaba sola.


Mis mañanas son muy parecidas unas a otras, en especial en los "recordatorios" que debo realizar a cada uno de los chicos, antes de salir. Es una hora intensa. ¿Y la hora de la noche? Entre la tarea, el baño, la comida, de seis a ocho de la noche en casa es difícil hasta atender el teléfono.


A ver si te suenan estas frases "de mañana":
¡Levántense que llegamos tarde!
Comé despacio
¿Dónde está tu uniforme?
¿Te lavaste los dientes?
Terminá el desayuno, que después no comés nada hasta la tarde,
No, hoy no hay día de kiosco ni tengo plata para darte.






En casa se escucha - sin repetir y sin soplar - en este orden: Arriba chicos, Vamos, Les dije que no se acuesten tarde, ¿Qué quieren desayunar?, No-nada no se puede, ¿Se pueden vestir por favor?, A lavarse los dientes, ¿Ya están listos?... y para terminar repasamos uno a uno las actividades extracurriculares, cumpleaños, casa de amigos o lo que aplique para ese día. Si es el día en que me toca llevarlos al cole, repiten la agenda así si yo me olvido de algo ellos me hacen acordar.


Cuando llegan del colegio:
Lavate las manos,
Tomá la leche,
Hacé la tarea,
Vamos que llegamos tarde (siempre parece que llegamos tarde, ¿no?)
¿Cómo te fue en el colegio?
¿Por qué esa cara? ¿Pasó algo? Contame, contame, contame






Mi versión: ¿Se pueden lavar las manos?, A tomar la leche, No - hoy no se puede jugar a la play, Si - se puede ver la tele, ¿Tienen tarea?, A bañarse, Apaguen la tele, A comer, ¿Ya hicieron la tarea?, A jugar a los cuartos, ¿Por qué no leen un libro?, A dormir que es tarde. Ahora, si alguno llega tarde la rutina se modifica, no en las palabras en sí, sino en la velocidad en la que se suceden.


¿Y qué tal el momento “sin electrónicos”?
Por favor no se peleen,
¡No me hagas ir hasta allá!
Apaguen la computadora
Cierren los teléfonos, las tabletas, los iPods,






A lo largo del día podemos decir también aquellas frases que juramos que nunca diríamos: "Ya vas a entender cuando seas grande, Lo hacés y listo, Porque lo digo yo, No me importa, Una vez más y ...., Vení para acá, ¿Cuántas veces tengo que repetirlo?" Lo acepto. Digo todas. Y van mutando, mientras los chicos crecen se van agregando unas, y se van dejando de usar otras.


Hasta que lográs que se acuesten y entonces aprovechás para decirles todo lo que los querés y le das un beso. Esta parte me encanta. Tratar de hacerlo todos los días, con todos los chicos, día tras día. Muchas veces cuando ya está la casa tranquila es el momento que los chicos aprovechan para venir y hablarte, contarte algo que les pasó y necesita de tu atención. También es el momento de las reconciliaciones madre-hijo/a. Ahora que estamos tranquilos, es el momento de quizás volver a analizar aquello que pasó durante el día y darle un cierre.

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